Ayuso, ¿una mujer Inmune?
Inmune es el título de la nueva película de Michael Bay. Pronunciar su nombre es ya como el amanecer, es decir, una promesa. Mucha acción y escenas de gran espectacularidad. Rodada en Los Ángeles durante la pandemia, refleja un escenario que nos resulta tristemente familiar. Se deja ver la confusión de entonces.
De la incertidumbre hemos pasado a la resignación. Dos años después del comienzo de legislatura en Madrid, ni el propio virus COVID-19, ni Filomena, han podido con Isabel Díaz Ayuso. Ella ha seguido trabajando, como si nada. Parece inmune. Ha luchado contra viento y marea y ha salido victoriosa; la crítica del lobo feroz (los grandes medios de comunicación, subvencionados desde el gobierno Redondo de la Nación) o la deslealtad de unos u otros, han engrandecido su figura.
Lejos de achantarse, los obstáculos han hecho que esté en forma, y con acierto en el diagnóstico, ha llamado a aglutinar esfuerzos en el centroderecha contra el comunismo y lo que representa: «el retroceso, el caos, la revolución, la quema de calles, instigados por el poder público».
Frente a la falsa imagen de mujer en boga, alguien real emerge desafiando y corrigiendo la línea errónea de su propio partido, y la impuesta casi por ley como verdad oficial en España. La oportunidad se la dio Casado pero ella se ha ganado a pulso estar donde está. Es la legitimidad del ejercicio frente a la deslegitimación del no ejercicio pese a la legitimidad de origen de Pablo. Nadie puede hablar ya de falta de experiencia en la gestión pues, en este tiempo, ha hecho un máster.
Ayuso, nos devuelve al presente, con dignidad. En la presentación del Belén en Madrid, en Navidad, se dirigió al corazón de todo el que quisiera escucharla: «Con el nacimiento de Cristo medimos los siglos. Dios se hizo hombre. Necesitar y necesitarnos nos hace verdaderamente humanos. En el mundo que hoy llamamos Occidente, cada uno es insustituible».
No reduzcamos la escena a una serie, Juego de Tronos, subamos el nivel; puestos a elegir, mejor una película: el Despertar de la Fuerza. En ella, hay una lucha sin denuedo contra el líder supremo; una moneda de dos caras, con el mismo signo: un Yo superlativo, Pedro y Pablo, Pablo y Pedro, tanto monta, monta tanto, para sí y para nuestro espanto. Suscita una creencia inmutable en que hemos de de dar la batalla por el Bien Común y en que todavía hay Esperanza. Tampoco empequeñezcamos el resultado, esto no es un pobre “win, win”, es una victoria en toda regla. Ojalá sirviera para despertar el ánimo de los dormidos españoles de bien, que empezaron confusos y ahora parecen entregados al destino fatalista de un gobierno, que cual transantlántico de lujo, sigue su travesía, ciego de soberbia, impune e inmune a los vientos de austeridad y sacrificio impuestos a los exhaustos gobernados, en una muestra clara de desigualdad lacerante entre ambos.
Quien no quiere una Ayuso en su comunidad, que luche con valentía por el equilibrio entre Salud y Economía, y no se esconda detrás de los denominados expertos y que de un paso más, dejándonos asumir riesgos y vivir en un entorno de libertad responsable.
Junto a los que critican desde el sofá de su casa, están los que, como elites, pontifican desde su atalaya. Nada más cómodo, en ambos casos, ni más lejano a la realidad, que sufrimos el resto. Frente a todos ellos, Isabel protagoniza la película en la que como repartidora oficial de galletas para todos, ha desarrollado una inmunidad poco común al virus de la izquierda. Hasta que apareció, el panorama era desolador; ahora, es no apto para cardíacos.
En un clima de miedo por la caída generalizada de nuestro ritmo normal de vida, es momento de hacer equipo. Madrid es espíritu aguerrido y virtuosismo, es “Cholo” y “Zizú”, y aunque haya que ir partido a partido y serenamente, una combinación de lo mejor de ambos, quizá nos ayude a salir del abismo, que se abre paso ante nosotros.
Recurramos a la épica del dos de mayo, al levantamiento del ánimo y del capital humano. Todos con Madrid. Todos con la libertad, hoy más que nunca, amenazada por oportunistas sin escrúpulos, modelos de la pose, idólatras de su imagen, frívolos sin remedio, y profesionales de la política, que viven de la división y del cuento. Propongo como banda sonora de la campaña de Ayuso, la canción Never give up on your dreams, de Thomas Bergersen, Two steps from Hell. Madrid, a dos pasos del infierno. Y con Madrid, el resto de España.
Pase lo que pase, gracias Isabel, porque tu
arrojo ha servido para romper el círculo vicioso de la resignación, que nos
tenía amordazados, atenazados por políticos conservadores únicamente de sus
puestos. También porque el primer (Er)rejón a Pablo Iglesias vino de tu lado,
como dijiste es el “El lado correcto de
la historia”, título del libro de B. Shapiro.
Ayuso, como mujer inmune que es, pronto engrosará las filas de los Vengadores.
ResponderEliminarLa polémica elegante y bien escrita vale la pena leerla, además de compartirla
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